Cuando hace unas semanas descargué en el móvil una aplicación para escanear que, además, me permite añadir y modificar algunas características, o añadir textos de forma rápida y sencilla, en cualquier lugar fuera del estudio, pensé en escribir un texto sobre lo analógico y lo digital. Y es que, ¿sigue teniendo sentido pasarme horas recortando papeles, pegando, dibujando… cuando el resultado obtenido, en muchas ocasiones, parece estar inacabado o con tantos defectos que no sabes muy bien si estás entre los límites de la perfección imperfecta o es un resultado demasiado burdo e inaceptable?
Concluí que sí. Sí tiene sentido continuar con lo analógico, al menos para mí.
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